Joan Miró

"Espriu – Miró" es una colaboración única entre el poeta Salvador Espriu y el pintor Joan Miró. La obra, que incluye ilustraciones de Miró basadas en poemas de Espriu, combina la poesía visual y literaria en una celebración de la cultura catalana. Miró aporta su estilo abstracto y simbólico a las ilustraciones, mientras Espriu teje metáforas y narrativa en sus versos. Esta colaboración fusiona la esencia de dos talentos catalanes, creando una obra que trasciende las fronteras de la poesía y la pintura, y que resalta la riqueza de la cultura catalana en el siglo XX.

Pertenece a una carpeta que incluía en su origen 6 grabados de Joan Miró y 5 poemas de Salvador Espriu.

Aguafuerte original firmado y numerado a mano por el artista. 

Joan Miró fue un artista español nacido en Barcelona en 1893. Desde muy joven mostró interés por el arte y comenzó a recibir clases de dibujo. Tras un breve periodo de estudios en la Escuela de Comercio, decidió dedicarse por completo al arte. En 1911 se trasladó a París para continuar su formación artística y entrar en contacto con las nuevas tendencias artísticas que surgían en la capital francesa.

En París, Miró conoció a otros artistas de vanguardia como Picasso, Max Ernst y André Breton. Gracias a estos contactos, entró en contacto con el grupo surrealista, del que se convertiría en uno de sus mayores exponentes. A partir de ese momento, el arte de Miró se convirtió en una mezcla de imaginación, simbolismo y formas orgánicas que le llevaría a crear algunas de sus obras más emblemáticas.

En la década de 1930, Miró se sumergió en un período de gran creatividad y productividad. Durante estos años creó algunas de sus obras más conocidas, como El Carnaval de Arlequín, La danza de las segadoras y Tres personajes en un paisaje. Estas obras se caracterizan por la utilización de formas geométricas, intensos colores y un lenguaje simbólico que refleja la estricta disciplina que el artista se había impuesto a sí mismo.

Pero no fue solo en el mundo de la pintura donde Miró destacó. También se adentró en otras disciplinas artísticas, como la escultura, el grabado y la cerámica. En sus obras tridimensionales, Miró seguía utilizando el mismo lenguaje simbólico de sus pinturas, pero añadiendo una nueva dimensión que permitía al espectador interactuar con ellas de forma más dinámica.