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En 1968, cuando Picasso contaba ochenta y seis años, inicia de nuevo un periodo (del 16 de marzo al 5 de octubre) de enorme actividad en cuanto al grabado; el resultado es la realización de trescientas cuarenta y siete obras en doscientos cuatro días de actividad, en los que llegó a grabar en una sola jornada hasta siete láminas de cobre. A esta etapa, sobre cuya tendencia autobiográfica se ha insistido siempre, corresponden las series del Pintor trabajando y La Celestina, el último libro de los ilustrados por Picasso.
La serie de 347 grabados, fue realizada por el artista malagueño entre el 16 de marzo y el 8 de octubre de 1968, ya en su vejez, constituyendo el mayor conjunto de grabados individuales en las series realizadas a lo largo de su vida. Dedicada a su gran amigo Jaime Sabartés, Picasso no le otorgó nombre aunque sí lo hizo de manera individual a los grabados. Fue mostrada al gran público por primera vez en 1970 en la ‘Gallerie Louis Leiris’ de París y posteriormente en el ‘Art Institute of Chicago’.
Para su realización, Picasso contó con los hermanos grabadores Aldo y Piero Crommelynck, los cuales establecieron un taller de grabación al aguafuerte cerca de la residencia de Picasso en Mougins, donde Picasso experimentó con las posibilidades de un proceso que lo tenía fascinado, combinando distintas técnicas en aguafuerte y aguatinta con resinas y azúcar así como con punta seca, consiguiendo gran virtuosismo y una ‘reinvención’ conceptual, ya iniciada con lo bidimensional del cubismo, mediante el dominio de la tinta y la sintetización en blanco y negro, en todo tipo de dimensiones y tamaños.
Se trata de una serie cargada de erotismo, en la que incluso aparece el mundo del voyeurismo a través de personajes insertados en los grabados, lo que hizo que en una ciudad como París, en una sociedad mentalmente abierta como la francesa, los grabados sexualmente explícitos fueran expuestos en salas privadas cerradas, únicamente accesibles para adultos previa advertencia al público de lo que allí iban a encontrar.
(Fuente: Museo de Arte Contemporáneo Español Patio Herreriano)
Pablo picasso
Pablo picasso
Visitante con nariz borbónica en casa de la Celestina
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En 1968, cuando Picasso contaba ochenta y seis años, inicia de nuevo un periodo (del 16 de marzo al 5 de octubre) de enorme actividad en cuanto al grabado; el resultado es la realización de trescientas cuarenta y siete obras en doscientos cuatro días de actividad, en los que llegó a grabar en una sola jornada hasta siete láminas de cobre. A esta etapa, sobre cuya tendencia autobiográfica se ha insistido siempre, corresponden las series del Pintor trabajando y La Celestina, el último libro de los ilustrados por Picasso.
La serie de 347 grabados, fue realizada por el artista malagueño entre el 16 de marzo y el 8 de octubre de 1968, ya en su vejez, constituyendo el mayor conjunto de grabados individuales en las series realizadas a lo largo de su vida. Dedicada a su gran amigo Jaime Sabartés, Picasso no le otorgó nombre aunque sí lo hizo de manera individual a los grabados. Fue mostrada al gran público por primera vez en 1970 en la ‘Gallerie Louis Leiris’ de París y posteriormente en el ‘Art Institute of Chicago’.
Para su realización, Picasso contó con los hermanos grabadores Aldo y Piero Crommelynck, los cuales establecieron un taller de grabación al aguafuerte cerca de la residencia de Picasso en Mougins, donde Picasso experimentó con las posibilidades de un proceso que lo tenía fascinado, combinando distintas técnicas en aguafuerte y aguatinta con resinas y azúcar así como con punta seca, consiguiendo gran virtuosismo y una ‘reinvención’ conceptual, ya iniciada con lo bidimensional del cubismo, mediante el dominio de la tinta y la sintetización en blanco y negro, en todo tipo de dimensiones y tamaños.
Se trata de una serie cargada de erotismo, en la que incluso aparece el mundo del voyeurismo a través de personajes insertados en los grabados, lo que hizo que en una ciudad como París, en una sociedad mentalmente abierta como la francesa, los grabados sexualmente explícitos fueran expuestos en salas privadas cerradas, únicamente accesibles para adultos previa advertencia al público de lo que allí iban a encontrar.
(Fuente: Museo de Arte Contemporáneo Español Patio Herreriano)
Año: 1968
Medidas del papel: 24.6 x 32.6 cm – (5,9 x 8,4 cm mancha)
Técnica: Punta Seca, Aguatinta al azúcar sobre plancha engrasada
Edición: 50
Ejemplar: Nº 38
SKU:AE-picasso-pablo-52234
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